En esta noche de lluvia se ve la maloliente y fría plaza de la Virgen Blanca. Plaza que ve pasar el tiempo cada vez peor, pasa frio en el invierno y calor en el verano. Con su reunión de guerreros de piedra en el centro, habiendo envejecido con el tiempo de los años, aguanta la estatuilla en ruinas las noches frías de este invierno. Alrededor de ella, su asfalto de piedra y sus chorros de agua helados, que le han dejado a la plaza sin su verdoso campo del pasado. Rodeando la plaza sus pequeños edificios llenos de tristeza, que nos hacen recordar aquellos momentos que vivió la ciudad. Debajo de ellos, sus tiendas y restaurante que estropean la poca belleza que tiene la plaza con sus colores llamativos. Ha conseguido aguantar esas fiestas donde saluda a Celedón desde lo alto de su estatua. Al final, se ve reflejado el pasado y el presente de nuestra ciudad, con su triste color gris que la escurece durante todo el día.
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