domingo, 8 de enero de 2012

La montaña

El monte, la montaña... Dos palabras que son una. Tan natural, verde, armoniosa... ¡qué paz inspira! Da la sensación de algo que intenta salir de la Tierra, buscando ser libre.

De lejos; ¡qué grandeza, qué majestuosidad! Allí con la cumbre nevada impone respeto. Al acercarse, todo son bellos prados verdes, bosques, plantas y flores de todos los colores imaginables: donde viven los seres mas pequeños de la naturaleza. En la cima espera el éxito, la satisfacción de haber llegado hasta ahí. Y más arriba, nada: tan solo el cielo azul y puro.

De día te iluminas para que todos podamos apreciar tu belleza. De noche, sin embargo, el manto de la oscuridad te cubre, hasta el alba, cuando vuelves a brillar. Trampa para los osados, compañera para los cautos y pacientes.

Subir la montaña es como una comparación de la vida: al principio todo es fácil; luego empieza lo difícil, donde hay que esforzarse y trabajar; y al final, la recompensa al trabajo bien hecho.

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