La farola, la farola que palabra tan luminosa, verdinegra y tan esperanzadora. Parece que es la palabra la que ilumina la tierra la tierra oscura.
Mira; la pintura negra adorna su estrecho cuello y la bombilla ilumina con ello. Dentro al alcance de la mano está la bombilla cual luciérnaga eléctrica alumbra en la oscura noche oscura, todo supervisado por la atenta mirada de esos cuatro cristales por los que pasa la luz.
En la plena noche por la farola se escapa la luz hacia la oscuridad alumbrando miles de ilusiones y desatando pasiones.
Parece que que nunca duerme para darnos luz.
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