martes, 17 de enero de 2012

La Virgen Blanca según Azorín


La Virgen Blanca nos hace sentir viejos, tristes, marionetas de la vida. Al verla gris, oscura, lúgubre es tristeza lo que siento, melancolía. Los cambios de la vida, del verde de la juventud al gris de la madurez. Aquella torre de piedra que señala el centro. Rostros tristes la componen, con pintadas y desperfectos indignos para un homenaje a semejante batalla. Allá a lo lejos una iglesia, templo sagrado de Dios, en el pasado rodeada de flores, ahora, sin embargo, rodeada de un mar de cemento, baldosas y modernidades. Manantiales artificiales los que brotan a lo largo de la plaza, para dar un toque de alegría a una plaza que de ella carece. la Virgen Blanca, encuentro de jóvenes y pasatiempos de mayores, pero siempre Nuestra Virgen Blanca.
La plaza de la virgen blanca. Un valle entre edificios. Al ver la estatua del centro siento una sensación de grandeza. También me hace recordar el remolino de turbulentas circunstancias que hicieron que existiera una razón por la que construirla. Es la prisión del recuerdo de aquellos escabrosos tiempos pasados. Los géiseres que escupen agua del suelo. Volcanes de agua. Los establecimientos que hay alrededor de la plaza, unos nuevos, otros antiguos, recuerdan al inevitable y cruel paso del tiempo. Recuerdan que la capacitada juventud debe sustituir a la sabia, pero cansada vejez. Aún así, la iglesia evita que olvidemos que algunas cosas nunca cambian, que siempre permanecen, para que tengamos en cuenta el pasado. La iluminación en esta plaza siempre es perfecta. De día, la falta de techo hace que los rayos de luz entren. De noche, la estatua y los géiseres se iluminan, dejando una preciosa vista para todo aquel que desee verla.

lunes, 16 de enero de 2012

La Virgen Blanca


La Virgen Blanca siempre ha sido un lugar de reunión para todos los vitorianos ya sea en invierno o en verano, lloviendo o nevando. Renovada hace unos años, la acompañan las estrechas calles del Casco Viejo alavés. Sus pequeñas fuentes saltarinas —que poco llevan ahí— son amigas de la estatua que se alza en medio de la plaza la cual costó mucho separarla de sus flores. Al levantar la vista se puede observar el imponente y antiguo campanario del que se baja Celedón en agosto haciéndole sufrir con su peso. Y qué seria de la plaza si no fuera por las delgadas luces que la iluminan cuando se encuentra sola y vacía, sin esos establecimientos que atraen a la gente y de esas fechas tan especiales que hacen que el lugar se llene de un gentío alegre y con ganas de disfrutar.

La Virgen Blanca



La virgen blanca, plaza grisácea en la que todo estamos. Sentimos el añoro de esos jardines que un día estuvieron sembrados de bellas flores y de piedras. No hay que olvidarse de nombrar a esa iglesia que junto a la estatua ve bajar al Celedón año tras año. Tampoco hay que olvidarse de su gran estatua que quieta mira el paso de los años y se hace vieja y a su derecha esa fuentes que tristemente manan un chorro de agua fría y melancólica junto a unas baldosas de frio y oxidado hierro. Las luces iluminas todo la plaza desde los bancos fríos de madera y los pequeños y solemnes establecimientos que la rodean. Siguen las almas de aquellos que en su día acamparon en la Virgen blanca como protesta en sus sucias y poco apacibles tiendas de campaña. Siempre ha sido, es y será la madre de Vitoria donde pasamos buenos ratos continuamente.

La triste plaza de la Virgen Blanca


En esta noche de lluvia se ve la maloliente y fría plaza de la Virgen Blanca. Plaza que ve pasar el tiempo cada vez peor, pasa frio en el invierno y calor en el verano. Con su reunión de guerreros de piedra en el centro, habiendo envejecido con el tiempo de los años, aguanta la estatuilla en ruinas las noches frías de este invierno. Alrededor de ella, su asfalto de piedra y sus chorros de agua helados, que le han dejado a la plaza sin su verdoso campo del pasado. Rodeando la plaza sus pequeños edificios llenos de tristeza, que nos hacen recordar aquellos momentos que vivió la ciudad. Debajo de ellos, sus tiendas y restaurante que estropean la poca belleza que tiene la plaza con sus colores llamativos. Ha conseguido aguantar esas fiestas donde saluda a Celedón desde lo alto de su estatua. Al final, se ve reflejado el pasado y el presente de nuestra ciudad, con su triste color gris que la escurece durante todo el día.

LA VIRGEN BLANCA



La Virgen Blanca ha cambiado durante tantos años que ha estado y está expuesta hoy en día en la ciudad de Vitoria-Gasteiz. Diversos elementos han cambiado: las fuentes, los jardines, la iluminación, los establecimientos que la rodean... Aunque no todos: la estatua de la guerra de la Independencia que sigue en pie en el mismo sitio que la construyeron; y la iglesia, que todos cincos de agosto se celebra una fiesta en honor a aquella importante virgen. Existen muchos tipos de plazas, pero ninguna transmite tan intensa sensación de eternidad. Debemos cuidar de ella, para que no muera como la gente y las proximas generaciones puedan disfrutar y sentir tal sensación. Además, es la más emblemática y nos descubre la historia de una completa ciudad.

domingo, 15 de enero de 2012

La Gris Plaza

En esta noche de invierno, esta lluvia que cae sobre mi cuerpo allá por tus remotas baldosas, allá a donde el mar no llega. No lo busques, no, porque no está. Mirar tus farolillos alargados, cual mirada asustadiza, que solo de noche alumbráis, cuando el sol se aleja y la luna redonda se acerca, porque es solo en ese momento cuando se os necesita, cuando la blancura no existe y todo se vuelve oscuro. La plaza, tú, vuelves a tu ser natural. Y esa mirada tuya, se hace gris sin saberlo tras una noche más. Poco a poco las personas regresan; alguien triste, un cuerpo deshecho, que afronta de nuevo su rutina diaria, sin cambios. A pesar de ser ese tu tema dominante, Pálida Plaza, apasionados turistas e historiadores, acuden a apreciar la belleza oculta e inapreciable de tu céntrico monumento. Pero al rato, insatisfechos, se percatan de la falta de realidad del mismo. Pinceladas artísticas por aquí y por allá, pero a pesar de llamarte “La Plaza de la Virgen Blanca”, la blancura ya no existe. Cuando contemplo tu gris y negro espacio, me doy cuenta de la falta de vida que hay en ti. Es más, si repasamos suavemente tu memoria, recordamos jardines de alegres colores. Nada comparado con la tristeza que se respira hoy en ti.
La noche aquí es solo un traje, un traje que te abriga, te inspira miedo y ganas de alejarte. Ya se ha hecho tarde, y me despido confiando, confiando en volver a poder ver algo así en un futuro, un futuro cercano. Buenas noches, remota plaza.

la virgen blanca

Al amanecer el rocio de la mañana cubre los bancos que rodean el monumento de la batalla de vitoria y el sonido del agua enriquece las flores de los balcones que miran hacia la blanca. Es aquel el monumento que verifica que pudimos a los franceses y los canticos de los pajaros lo repiten cada dia. Al subir las escaleras te encuentras con celedon que con el pasamos todos los 4 de agostos con un champan y cantando todos juntos. Cuando el sol brilla con fuerza la virgen se hace mas hermosa y mas radiante junto al niño que tiene entre sus brazos y lo rodeamos de flores acorde con su belleza. Las calles estrechas y antiguas nos produce melancolia porque nos sentimos como en nuestro pueblo y nos olvidamos de nuestros problemas. Es la ciudad perfecta con la que todo el mundo quiere tener pero solo tiene un fallo, que solo unos pocos la podemos tener.
GORKA PORTILLA

La Calculadora

¡La calculadora! ¡Qué palabra tan medida, tan llana y compleja, tan integrable y derivada! Parece que es gracias al sol que funciona, sirviendo de utilidad para los incultos dedos humanos.
Básica en su funcionamiento, irritante por su sonido, mágica en sus resultados y muy útil para sus copiados. Fuera, y gracias a una resistente cubierta, aguarda el misterio de su sabiduría bajo teclas y brillantes estrellas.
Tras presionar varias teclas resbaladizas con distintos colores de fondo, tanto números como letras, en una situación de tensión constante, se halla lo deseado. El resultado, al fin.
¡Oh milagro de científicos e ingenieros! ¡Qué gran trabajo hecho! ¡Qué mezcla de sentimientos: admiración y gratitud!

La virgen blanca


El monumento, como embrujado y congelado en el tiempo pasa sus días impasible, como si el bullicio de de las calles no fuera con el. Dentro se encuentra la virgen: joven, bella, fría, su mirada sin vida produce melancolía. el cielo como si se sintiera triste por mis pensamiento empieza a llorar.
la gente que se encuentra en la plaza al ver que empieza a llover corre a refugiarse en los bares, portales ...
Los bares con el transito de la gente que entra empiezan a cobrar vida. ahí a lo lejos una floristería aprovechando que llueve saca sus flores a la calle. los bancos empiezan a oscurecerse, la madera se humedece las palomas empiezan a desplegar sus alas y se refugian en los tejado cercanos.
El sol empieza a caer por el horizonte y el cielo coge un tono rojizo. mañana sera un nuevo día y como siempre la virgen seguirá insensible al tiempo.

La plaza de la Virgen Blanca

La plaza de la Virgen Blanca. Silencioso testigo del paso del tiempo en Vitoria. Con sus antiguas casas de balcones blancos rodeando el frío y gris cemento que cubre la explanada, a la vez iluminado por unas lúgubres luces que parecen remontarnos varias décadas atrás en el tiempo. Poco a poco las antiguas tiendecitas desaparecen, dejando espacio para nuevos bares con letreros luminosos. Espectadora de inicios y finales de fiesta, alegrías y penas. ¡Cuántas veces la habrá cruzado Celedón, con su característico paraguas en la mano! En invierno, al contrario, los fríos copos de nieve caen sobre ella, cubriéndola de un manto blanco y dándonos a conocer otra de sus muchas facetas. Por último, en el centro, presidiendo la plaza, la estatua. Cual huella del pasado nos recuerda a los héroes, aquellos que lucharon por esta bella ciudad, uniendo así, el presente y el pasado de Vitoria y de todo Álava.

sábado, 14 de enero de 2012

Virgen Blanca según Azorín


Virgen Blanca, cambiante entorno de multitudes. De un alegre verde predominante a tus pies, pasaste al gris más monótono existente. Un par de fuentes distribuidas a los pies del monumento intentan cubrir con sus aguas la alegría desaparecida. Es inútil. su agua se congela en este oscuro y helado día. No queda ya nada de los colores vivos de antes. La ciudad crece, se industrializa, y con ella sus rincones más emblemáticos.Lo que antes podíamos considerar un símbolo de victoria y éxito, ahora yace, de un gris a conjunto con el resto del paisaje, esperando a que alguien lo fotografíe, lo visite, o lo acaricie. En cambio, tras mucho esperar, se da por vencido. No hay interés, no hay caras nuevas. Tras el cambio, ya nada vuelve a ser lo mismo.

La Virgen Blanca.

La Virgen Blanca, plaza emblemática, cita obligada en un paseo por el Casco Viejo. Sentimos, mirándola, como el tiempo pasa volando. De una entrañable plaza, rodeada de casas antiguas con miradores acristalados decorada por unos jardines y aquellos típicos y pintorescos bancos de madera que adornaban el monumento conmemorativo de la Batalla de Vitoria, a una plaza donde lo verde desaparece y el cemento se impone, añorando así el encanto que antes la presidía. Pequeñas fuentes salpicadas y la iluminación perdida en el pasado, invaden la plaza de sensaciones frías y austeras que la entristecen. En el centro esa estatua muda, testigo de este paso del tiempo inmutable y fiel a sus orígenes, respaldada por esa altanera torre; ambas conocedoras de días de gloria, celebración y bullicio, a la vez que de días de silencio y soledad que el duro invierno le hace pasar.

jueves, 12 de enero de 2012

La Virgen Blanca


Hace frio en la ciudad. Llueve en esta tarde de invierno. La estatua grande, gris, sobrecogedora, preside la plaza. Callada, vigila a los presurosos viandantes. Observa impertubable el paso del tiempo.
Las fuentes, normalmente derrochantes de alegría, pero silenciosas en este día gris, oscuro; adornan la plaza. Los establecimientos, cambiantes en el tiempo, son el único refugio de los atareados peatones. La gente recorre distraída la plaza. Nadie parece percibir sus pequeños cambios.
La torre observa, altiva, imponente, misteriosa; lágrimas de nostalgia sobre la acera. Una dama blanca se encuentra, melancólica, enmudecida, encerrada en su hornacina.

lunes, 9 de enero de 2012

La Farola



La farola, la farola que palabra tan luminosa, verdinegra y tan esperanzadora. Parece que es la palabra la que ilumina la tierra la tierra oscura.


Mira; la pintura negra adorna su estrecho cuello y la bombilla ilumina con ello. Dentro al alcance de la mano está la bombilla cual luciérnaga eléctrica alumbra en la oscura noche oscura, todo supervisado por la atenta mirada de esos cuatro cristales por los que pasa la luz.


En la plena noche por la farola se escapa la luz hacia la oscuridad alumbrando miles de ilusiones y desatando pasiones.


Parece que que nunca duerme para darnos luz.

La Playa


¡La playa! … Platero. Playa es una palabra relajante, rotunda, clara y limpia. Viva, separada por la arena y el mar, pero en una perfecta unión que va y viene por las olas del mar. Parece que es la propia playa la línea indivisible entre la tierra y el océano, que muere en el horizonte.

La playa es el lugar donde todo el mundo descansa, olvida y rememora a la vez. La playa extensa y tranquila, reposa. Reposa e invita a tumbarse entre la arena.

Sobre la arena una esfera calienta el manto azul, reflejo del cielo. Ya en tierra niños juegan alegres. Saltan, corren, gritan revolotean cual abejas en un panal. Otros reposan, yacen almas despiertas. Más adentro, el cielo. No un cielo quieto, en movimiento. Nadan sumergidos, ocultos y veloces bancos de vida. Al fondo, nada. Una línea horizontal, de la cual se desconoce todo. Visible barrera a la libertad. Más arriba, impredecible, el verdadero cielo, de colores cambiantes. Paz, nada más.

¡Que placer poder disfrutarlo! Que alegría estar aquí, poder verlo. Quizás me entregaría a esta vida, a esta quietudl. Quizá, algún dia…


El coche
El mayor placer que puede haber sobre el coche
sin duda es conducir
pues el mejor sonido que has de escuchar
es al motor rugir.
Hay coches buenos , hay coches malos
pero en mi opinión los mas rápidos
son lo dueños de la carretera,
porque a mas velocidad
mejor sensación tendrás.
El coche, el coche o que gran invento
pues si no estaríamos hartos de andar


Iker Minguela




domingo, 8 de enero de 2012

la bici

la bici, la bicicleta ese transporte tan saludable nos hace pasar tiempos interminables y las largas horas subido a ese bello transporte nos hace mas elegantes.
la bici, la bicicleta con aquellas ruedas que se deslizan sobre su caluroso asfalto y su timbre sonando al amanecer de todos los santos. el pedal, el pedal tan fundamental como un bebe llorar y su bonito diseño le haze despertar.
y con esto tan bonito y tan sencillo de amar os dejo para volver andar.

gorka(xd)

Bolígrafo azul.


Bolígrafo azul, azul como el cielo, grandioso cielo. Pequeño como el meñique. Alargado, es un bonito árbol. Acabado en punta cual puñal asesino, asesino de mediocridad y vacío. Pincel de poetas, guitarra de escritores.

Punta de pluma, con tinta, tinta cual calamar. Cómoda goma, placer al escribir con él. El muelle, regulador de poesía. Rodeado por una piel de plástico que protege la columna vertebral del instrumento escritor. El brazo que se agarra a lo que elijas. Mecanismo percutor de arte escrito al final.

Ay, bolígrafo, qué haríamos sin ti. Bonito, pequeño, alargado bolígrafo azul. Continúa con tu labor escritora.

Turrón.

¡Turrón! Palabra que relacionamos directamente con la Navidad. Tan tostado y dulce, tan blando y a la vez tan duro, suave y sin tropezones, pastoso e inodoro.

Ladrillo de festejo que reposa sobre la mesa, esperado manjar de invierno. Disfrútalo antes de que se valla.

Imprescindible símbolo de reunión en todos los hogares y protagonista de la obra. Cumbre de tradición siempre fiel a su cita.

Mi compañero de todos los años, nunca me fallarás ni yo a tí tampoco.

El hogar


Dulce y acogedor es el hogar, con solo nombrarla te produce bienestar,
que palabra tan acogedora.

¡ Fíjate! hay se puede divisar la ciudad, ¡o gran ciudad guardiana de los hogares donde todas las familias duermen!, hay mas lejos podemos apreciar un dulce hogar, por la chimenea sale humo, que gran placer estar en el hogar. un joven parece salir del hogar, ¿a donde ira, fuera del hogar?, seguro que lo deja con dulce pesar.

yo, desde mi ventana del hogar que dulce placer observar la gran ciudad, me producen escalofríos pensar en la gente que estará trabajando ahí fuera, que frió hará.

Camiseta de la CocaCola

Camiseta de la CocaCola! Que suerte tuve yo de tenerte…gris, calentita y cómoda! ¿Qué más se le puede pedir a una camiseta de dormir? Con ese olor a mí, a comida, a casa... tú me ayudas a sentir paz en mi interior. A veces eres un simple trapo en el suelo y otras la causa de mi descanso.

Tú, mi algodón cosido, cada mancha en tu torso es una muestra del cariño que te tengo y de lo útil que me eres. De lejos, un cacho de tela normal y corriente; en cambio, de cerca, una maravillosa tela suave con olor a hogar. No todos ven lo que yo veo en ti... para ellos eres un trapo sucio! Para mí, una entrada al paraíso.

Camiseta de la CocaCola, que haría yo sin ti! Sin poder dormir a gusto y sin poder andar por casa así.

La montaña

El monte, la montaña... Dos palabras que son una. Tan natural, verde, armoniosa... ¡qué paz inspira! Da la sensación de algo que intenta salir de la Tierra, buscando ser libre.

De lejos; ¡qué grandeza, qué majestuosidad! Allí con la cumbre nevada impone respeto. Al acercarse, todo son bellos prados verdes, bosques, plantas y flores de todos los colores imaginables: donde viven los seres mas pequeños de la naturaleza. En la cima espera el éxito, la satisfacción de haber llegado hasta ahí. Y más arriba, nada: tan solo el cielo azul y puro.

De día te iluminas para que todos podamos apreciar tu belleza. De noche, sin embargo, el manto de la oscuridad te cubre, hasta el alba, cuando vuelves a brillar. Trampa para los osados, compañera para los cautos y pacientes.

Subir la montaña es como una comparación de la vida: al principio todo es fácil; luego empieza lo difícil, donde hay que esforzarse y trabajar; y al final, la recompensa al trabajo bien hecho.

EL PASILLO

Pasillo solitario, sencillo y siniestro, que no alcanza la vista para ver tu final y que penetras en tu propia oscuridad.

Estas tres simples paredes, como si de una boca de tren estaríamos hablando, forman tal pasillo, el que termina en un punto. !Oh laberinto quieto y sombrío!

Yo, acompañado de un candelabro voy tocando las frías, húmedas y polvorientas paredes hasta encontrar una salida y pueda escapar de este infierno sin final.

In Time


In time es una película Estadounidense dirigida y escrita por Andrew Niccol, producida por 20th century fox. Tiene un amplio reparto de papeles que interpretan: Amanda Seyfried, Justin Timberlake, Cillian Murphy, Olivia Wilde, Matthew Bomer y Alex Pettyfer. Fue estrenada el 28 de octubre de 2011 y a nivel mundial recaudo un total de 63 millones de dólares.

En un futuro, en el que el tiempo es considerado dinero y es posible detener el proceso de envejecimiento a los 25 años, la única manera de seguir vivo es ganar, robar o heredar más tiempo. Will Salas (Justin Timberlake) vive su vida minuto a minuto, hasta que un extraño le regala todo su tiempo, el extraño era un famoso rico de la zona vip que estaba harto de vivir y lo único que deseaba era morir. Con el tiempo que le regala consigue acceder a la sección vip del país donde intentara por todos los medios y con ayuda de la hija de un multimillonario repartir el tiempo. el viaje que emprenderán no sera sencillo y serán hostigados por unos policías llamados guardianes del tiempo que intentaran detenerlos.

In time es una película de ciencia ficción que fue acusada de plagio por The Hollywood Reporter por ser muy parecida a esta otra película, El señor tic tac. al final la denuncia fue suprimida y la película siguió su producción. In time es una critica social sobre lo mal repartido que esta el dinero, mientras los pobres sufren día a día por sobrevivir los ricos malgastan su dinero. como dicen en la película para que unos pocos sean muy ricos muchos tienen que sufrir el no tener nada.


El tapiz.

¡El tapiz!... ¡Culminación de gimnastas! Cuadrado y beis, suave y sedoso, pero a veces tan áspero por simples errores. Alfombra donde los sueños pueden hacerse realidad.

Mira; las gimnastas entran, nerviosas, concentradas pero con ganas de disfrutar. El mínimo fallo, puede llevarlas al fracaso. Al compás de la música, llenan de vida sus originales ejercicios. En frente, un público especializado, puntuando todos y cada uno de los fuertes movimientos, sin alzar la mirada de esas garzas danzantes. Más allá, los aficionados, animando con sus gritos desgarradores que hacen crecer la motivación de las protagonistas.

La ansiedad abre sus puertas, nerviosismo ante la espera; gimnastas que lloran, gimnastas que ríen. Un tapiz encharcado de lágrimas de gloria o de fracaso tras el esfuerzo desmedido, reflejado tan sólo en ese minuto y medio.

Disciplina y afán de superación, pero a la vez que recuerdos tan gratos guardo de aquellos años de doradas medallas y subidas a podium que tantas veces me dio aquel tapiz.

sábado, 7 de enero de 2012

La estrella

La estrella callada, punzante en el cielo. De día, ciega, expectante, disimula y se esconde en la inmensidad del cielo. De noche, chispeante, dulce, rugosa luz que juega con su parpadeo.

Observa el pozo negro que la rodea, adornado con luces navideñas. Su belleza se refleja en el cristalino espejo de la luna,cuya quietud solo perturban los caprichosos rizos de su superficie. En su calmada costa se alzan las solitarias y verdosas siluetas del cobijo de las aves. Las lágrimas de la naturaleza se derraman una a una sobre el agua.

En la noche, sonríe en calma, atrae con su magnético parpadeo. Se rodea de siniestras, inquietantes sombras, que no logran ocultar su brillo. La mirada se pierde en su luz esperanzadora, traviesa en lo alto.

San Mamés

¡San Mamés!... ¡Estadio de leones! Rojiblanco y grande, verdoso y deportista es nuestro lugar. Recinto donde los gladiadores se dejan la piel.

Mira; en el mapa el centro de la ciudad, y encontraras la palabra. Dentro, el césped de gran amplitud, rodeado de sus gradas rojiblancas, tapadas por el público animado y loco, por ver a su equipo en lo alto de la clasificación. En lo alto, la gran luz, iluminando el estadio como si fuera la primera y la última vez.

La noche entra y comienza la batalla, algunos luchan, otros animan, otros gritan como el rugido del león. Se va acabando la batalla, y ahí siguen los leones luchando, gritando y animando como si solo fueran uno. Todavía no saben si saldrán victoriosos o vencidos, pero seguro que seguirán luchando hasta dejarse la piel.

Fuerza y alegría es lo que me da este lugar. Venza o pierda, siempre sabrás que en la próxima batalla, otra vez contigo volverán a estar.


miércoles, 4 de enero de 2012

El Coliseo

¡El Coliseo!...¡Manantial de cultura! Pardo y verdoso, moribundo, fragante y seco es el Coliseo. Lugar para vivir y rememorar tiempos antiguos donde todo era lucha.
Mira; allá en lo subterráneo se vislumbran paredes, ¿Qué serían? Tal vez celdas donde los gladiadores aguardaban su gran momento. Algo más arriba, donde deberían estar las gradas tan solo unas losas casi en su totalidad derruidas, de aspecto antediluviano y con grandes desperfectos. Un poco más lejano, en lo alto, una gran albarrada que en cualquier momento pudiera caerse, piedras sueltas, altura dispar debido a los años por los que este gigante de piedra ha sobrevivido. Desde la lejanía el enorme contraste de las dos épocas, la actual, con sus vehículos, sus calzadas y la antigua, con el Coliseo como centro, sus antiquísimas construcciones de piedra opuestas a las de nuestro tiempo pero con una belleza insólita.
Deseo, anhelo, no quisiera dejarlo. Su valor incalculable, la cultura que atesora inimaginable, su belleza indescriptible y en su totalidad extraordinario.